Dámaris Gradenecker
Yamila Zakovich
Maira Duschik
Enzo Lohmann
Rodrigo González
El cambio climático y la transformación de los ecosistemas de nuestra región nos marca un camino único, de suma importancia, que nos lleva y hasta obliga a abocarnos a ello desde nuestros espacios particulares como lo es el municipio para empezar a contrarrestar los efectos negativos de estos cambios. Tengamos presente que desde lo normativa hace un tiempo más que prudente contamos con disposiciones claras y precisa como aquello dispuesto en nuestra Constitución provincial con respecto a las atribuciones y deberes del poder municipal que vera precisamente en su artículo 171 inc. 3, deberá “Entender en todo lo relativo a edificación, tierras fiscales municipales, abastecimiento, sanidad, asistencia social, espectáculos públicos, costumbres y moralidad, servicios públicos urbanos, reglamentación y habilitación de las vías públicas, paseos, cementerios y demás lugares de su dominio.” Siguiendo escalafones, encontramos también en la carta magna provincial, preceptos indicativos de conductas a tener presente en las políticas de Estado respecto al medio ambiente y su preservación desde los artículos 56 que nos dice “El bosque será protegido con el fin de asegurar su explotación racional y lograr su mejor aprovechamiento social. La ley asegurará la reforestación.” y su subsiguiente número 57 inc.1 del cual se desprenden las siguientes letras “Conservación y mejoramiento de los suelos, la flora y de la fauna”.
Los misioneros, en consonancia con una organización política e institucional basada en el federalismo, contamos con jurisdicciones políticas denominadas “municipios”, cuyo objetivo, podríamos decir, es organizar, desarrollar, atender, promover el bienestar de cada ciudadano, de cada grupo de habitantes y el medio ambiente, el cambio climático es también eje importante en la vida sociopolítica de las comunidades; yendo a Oberá, centro del proyecto que tratamos, en la apertura de su Carta Orgánica, con el claro objetivo de llevar su conocido eslogan “Capital del Monte” como bandera, dispone en su preámbulo con total arraigo “promoviendo el desarrollo productivo, el cuidado del medio ambiente y una mejor calidad de vida, para las generaciones presentes, para nuestra posteridad y para todos aquellos que quieran habitar este suelo “que brilla”, es decir, nos plantemos de manera convencida con sustanciación legal, que este tema es nuestra responsabilidad. En la misma línea inicial, esta carta orgánica insta a que el gobierno municipal, conforme artículo 63 “La Municipalidad asegura un ambiente sano y equilibrado para satisfacer las necesidades presentes, sin comprometer las de generaciones futuras. El Municipio podrá crear áreas de conservación ecológica en zonas particulares cuando sean necesarias para la preservación de especies nativas y para la defensa de los cursos hídricos. Los espacios verdes y especies arbóreas de la ciudad son parte del patrimonio intangible del Municipio, siendo este responsable de su mantenimiento y conservación.” Anteriormente hemos hecho mención a los distintos espacios que podemos encontrar en los municipios, y que en este caso particular también encontramos en su articulado priorizado el uso de espacios comunes para el desarrollo de la naturaleza: artículo 193 “Las tierras fiscales municipales con prioridad se preservarán para reservas ecológicas, espacios verdes de recreación y turismo, el desarrollo de actividades saludables, y el cumplimiento de funciones sociales, culturales y educativas. En los parques, plazas, calles y avenidas de la ciudad, se protegerá la flora arbórea existente, reforestando e implantando nuevos ejemplares, preferentemente autóctonos.”
Tengamos presentes como misioneros tenemos el primer Ministerio De Cambio Climático de Latinoamérica cuya misión redunda en fijar las prioridades y diseñar el futuro desarrollo económico, social y ambiental y se pretende colocar a la provincia a la vanguardia en proyectos de mitigación, en especial respecto a la conservación y restauración de los bosques; una creación que nos hace únicos desde la propulsión de teorías que tienden a luchar contra el daño hacia el daño ambiental y está en nosotros plasmarla en acciones directas ya sean individuales o colectivas, institucionales o por convicción propia; es por eso que pretendemos someter esta cuestión y proyecto al pensamiento crítico y fundado de la sociedad en general, teniendo presente que hoy tenemos la oportunidad de empezar a cambiar y/o sostener nuestro medio ambiente desde trabajos mancomunados, políticas ambientales serias, tomando como impulso ciertas líneas emergentes desde el gobierno provincial y la firme convicción social de que somos la provincia verde por excelencia, incrementando el valor en términos de Servicios Ambientales que prestan los árboles al municipio/s a pesar de ser intangibles a nivel económico, pueden valorarse en beneficios sobre la salud de todos los habitantes en general y en este caso particular, obereños y sus innumerables visitantes.
El proyecto elaborado ha sido un trabajo mancomunado de varios pares estudiantes y docentes comprometidos, que dedicamos un cuarto de reloj de nuestras vidas diarias para analizar e intentar movilizar el pensamiento crítico y lograr que la idea prenda en cada obereño sea cual sea su función en el día a día con la firme convicción que el momento es hoy, que el medio ambiente nos pretende hoy y que aún estamos a tiempo. Así mismo aprovechamos expresar nuestro agradecimiento a aquellas empresas como Maderera Rocholl S.R.L, y a la Federación de Colectividades de la Fiesta Nacional del Inmigrante, a cargo hoy de la señora Marta Wieremiey de Motta.
Desarrollo sucinto del contenido normativo pretendido
Conforme a estructuras básicas y habituales a la hora de redactar proyectos de ordenanza, encontramos al dar el primer paso en ella al objeto y ámbito de aplicación; en este caso particular aludiendo al primer término expresamos que comprende la protección y forestación del territorio del municipio de Oberá con árboles autóctonos, en sus diferentes especies, en miras de salvaguardar nuestro medio ambiente. Mientras que al ámbito de aplicación lo encuadramos en el marco de las funciones del Departamento de Parquización dependiente de la Secretaría de Obras Públicas del Departamento Ejecutivo Municipal. Todo proyecto legislativo es diferente al otro por la intención y parámetros establecidos al efecto del mismo, por eso nuestro designio lo queremos ver plasmado de manera ordenada según las especies y los espacios donde se pretende forestar, llámese veredas, plazas, tierras fiscales destinadas a cumplir un rol de esparcimiento, ingresos/egresos de la ciudad, bulevares, etc. Siempre protegiendo aquellos servicios que hacen al bienestar general como ser agua potable, suministro de energía eléctrica, telefonía fija, internet, cloacas, alumbrado público y toda aquella infraestructura que haga a lo elemental en la vida diaria de los obereños, instando al trabajo en conjunto con los entes a cargo de cada servicio público.
La vida de la flora en general depende en gran parte de cómo cada uno de nosotros la cuida y hace cuidar, por eso también consideramos acertado incluir deberes, obligaciones, prohibiciones y sanciones, tanto de las autoridades como para el ciudadano. Pretendemos que cada individuo tenga presente las épocas de poda/raleo de la flora, a que entre nosotros o en su caso hacer saber a las autoridades del/los daños intencionales hacia la flora implantada o preexistente y que en determinados casos y cuando sea necesario las sanciones de tipo pecuniaria (cuya cuantía se definirá según el valor de medida UF – unidades fijas) a través de la Justicia Administrativa de Faltas se hagan visibles de panera particular.
Queremos, como grupo de trabajo, empezar a ejecutar pequeños actos que nos lleven a tomar conciencia de que el medio ambiente diario nos necesita, de que estamos a tiempo. Como estudiantes, como ciudadanos, como personas que queremos un futuro más verde, con más oxigeno limpio… queremos futuro.